miércoles, 3 de noviembre de 2010

Para ser un buen periodista by Nicholas Tomalin

Astucia de roedor, energía, cierta habilidad literaria...
Dominio de los teléfonos, los trenes y los funcionarios molestos.
Buen aparato digestivo y cabeza fría.
Memoria "total".
Suficiente idealismo como para inspirar una prosa indignada, pero no lo bastante como para inhibir el profesionalismo.
Temperamento paranoico.
Tendencia a creer apasionadamente en proyectos sin importancia.
Conocidos bien situados.
Buena suerte.
Disposición para ser leal a los amigos y no serlo con los otros.
Resistencia para comprenderlo todo muy bien, porque comprenderlo todo es perdonarlo todo.
Un odio implacable hacia los "portavoces", los cajeros, los abogados, los agentes de relaciones públicas, los pollíticos y todos aquellos que prefieren cambiar de palabras antes que de tácticas.
Fortaleza de carácter para sobrellevar una vida totalmente absurda sin volverse completamente loco.

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